"Azul Vermeer" de Mar Mella

Ya os he comentado más de una vez mi afición a la pintura,  así que cuando vi este libro en la blogosfera y leí el argumento, pensé que no lo podía dejar pasar. Mis dos pasiones juntas: Pintura y Literatura.

Argumento

En 1677, poco después de declarar bancarrota, la viuda de Johannes Vermeer entrega el último cuadro que conserva a un panadero del barrio católico de Delft. Así queda saldada una deuda contraida a lo largo de más de dos años. Tiempos difíciles para una familia numerosa en un país asolado por los conflictos bélicos y una profunda depresión económica.

En la actualidad Marta Miralles acepta el encargo de restaurar un lienzo flamenco. Un cuadro que ha pertenecido a la colección privada de Emilia Medraño, esposa del propietario de la casa de subastas más antigua de Madrid y dueña de un taller de restauración donde la propia Marta inició su carrera profesional. Un reencuentro con la familia sobre la que todavía planea la sombra de una traición que parecía haber quedado enterrada en el pasado. Un vínculo que el destino se ha empeñado en rescatar del olvido.

Mis Impresiones

El libro está estructurado por colores, así nos encontramos cuatro partes tituladas: Blanco Plomo, Rojo Ocre, Amarillo India y Azul Ultramar.

En Blanco Plomo, conocemos a Marta Miralles en la actualidad. Una restauradora reconocida que recibe el encargo de restaurar un cuadro sin firmar para la familia Medraño, propietaria de la casa de subastas mas importante del país. 

Pasamos a Rojo Ocre, dando un salto atrás en el tiempo. Así conocemos los comienzos de Emilia Medraño, la fundadora de la casa de subastas, y a una Marta Miralles recién licenciada que entra a trabajar en su taller. Conocemos la situación familiar de Marta y el comienzo de su relación con Javier Miralles. 

Después viene Amarillo India, donde volvemos a dar un nuevo salto en el tiempo para conocer a Rood Smith y su estancia en España durante la guerra civil. Y de nuevo la historia de Marta y su huida a Holanda, donde se refugia tras una beca para trabajar en el taller de Rood, convertido ahora en un referente en el mundo de la restauración de cuadros flamencos. Marta huye de su pasado, de su dolorosa y trágica vida familiar y de su desengaño con Javier. Con el tiempo Marta se convierte en un pilar fundamental en el taller y en las vidas de Rood y su hijo Paddy. 

Y Azul Ultramar, el desenlace...

Mi profesor de pintura de Hondarribia, Javier Sagarzazu, me explicó en mis primeras lecciones que para pintar al oleo primero tenía que manchar el lienzo y después, una vez cubierto, empezar con las pinceladas detalladas, los matices, la textura, los contrastes... Leer Azul Vermeer ha sido como el proceso de creación de un cuadro, pinceladas en el tiempo, en los personajes, para crear una historia preciosa que nos acerca al mundo del arte, al entramado y sofisticado mundo de las casas de subastas, el proceso de restauración, el estudio y adjudicación de las autorías de las obras, las falsificaciones, los pigmentos y colores que se utilizaban en la época... y que me ha acercado a conocer la historia de Johannes Vermeer van Delft, el famoso pintor flamenco del siglo XVII, olvidado durante dos siglos  y cuyo legado apenas pasa la treintena de obras.

Unos personajes bien definidos. Primero unos esbozos, unas primera impresiones... y poco a poco minuciosamente detallados.

Un estilo sencillo, pero cuidado, en donde la autora nos ofrece información del mundo del arte, pigmentos, obras, autores y las funde magistralmente con una historia bien hilvanada, con un buen ritmo y una justa dosificación de la intriga para llegar a un final que sorprende .

En definitiva una historia que pincelada a pincelada se convierte en una buena lectura, una novela que he disfrutado y que sin duda, recomiendo leer.