Unas veces son las portadas, otras las sinopsis, y en casos como hoy, son las recomendaciones de otros lectores lo que hacen que no pueda resistirme a una novela. Por eso al final acabé por ceder y decidí leer "La apariencia de las cosas". Hoy os cuento mis impresiones:
Encuadernación: Tapa blanda
DUOMO Ediciones.
ISBN: 9788417128562
P.V.P 19.90€
512 páginas.
Elizabeth Brundage se formó en el taller de escritores de la Universidad de Iowa. Trabajó durante algún tiempo como guionista en el prestigioso American Film Institute (AFI) de Los Ángeles y ha dado clases de escritura en diversas universidades. Es también autora de las obras The Doctor’s Wife, Somebody’s Else Daughter y A Stranger Like You.
Sinopsis:
En un anochecer frío, el profesor de universidad George Clare llama a la puerta de su vecino con una noticia terrible: acaba de regresar del trabajo y ha encontrado a su mujer, Catherine, asesinada a hachazos en la cama de matrimonio, y a Franny, la hija de tres años que tienen en común, jugando sola en su habitación al otro lado del pasillo. Pocos meses atrás se habían trasladado a una casa situada en una pequeña comunidad. Una casa que, según los habitantes del lugar, está encantada y que en el pasado fue el escenario de una siniestra vivencia.
Mis Impresiones:
Pues tengo que reconocer que de primera no me llamó esta novela y no le presté atención a la sinopsis ni sabía exactamente de qué trataba, fue a través de otros blogs, de las buenas impresiones de otros lectores como me convencí de que tenía que leerla… y al final no he tenido más remedio que hacerle un hueco.
La novela comienza de forma brutal, George Claire regresa a su domicilio, un pequeña población rural cercana a Nueva York, después de su trabajo en la Universidad y se encuentra una escena desoladora; su mujer ha sido asesinada con un hacha mientras su hija Franny de tres años se encontraba en la habitación de al lado. Tras pedir ayuda a sus vecinos la policía lo interroga para intentar averiguar lo ocurrido y George se refugia en casa de sus padres para alejarse de todo lo que se le viene encima.
Aunque todo parece indicar que tras este impactante punto de partida, nos encontraríamos con una novela basada en la búsqueda del culpable, en la investigación de ese despiadado asesinato, la novela continúa por otros derroteros y retrocedemos un año atrás para conocer a las personas que habitaron anteriormente en esa casa, a los Hale, un matrimonio con tres hijos que vive en la granja convertida en vaquería desde que la compró su abuelo en 1908 y que ahora están a punto de perder por las numerosas deudas, conoceremos su trágico destino y los motivos por los que tuvieron que abandonarla. Y ya puestos en antecedentes, volveremos con los Claire y sus inicios como pareja, su llegada a la casa y la relación con otros habitantes de la zona a los que también iremos conociendo… y es de esta manera, como nos adentramos en una novela que pese a tener a los Claire y a los Hale en el centro de la historia, podríamos catalogar de Coral, en la que la autora muestra un fresco minuciosamente dibujado en torno a la granja, a esa pequeña localidad rural y sus habitantes, profundizando en ellos sin prisas, de forma cadenciosa y pausada, mostrando un detallado perfil psicológico de los habitantes de ese lugar donde parece que el tiempo se ha detenido entre atardeceres y campos de cultivo, dónde se aferran los recuerdos y las presencias… creando una atmósfera inquietante, opresiva y angustiosa que predomina durante toda la lectura.
Con un lenguaje sencillo y un estilo depurado y pulcro que requiere un esfuerzo extra del lector por la falta de signos de puntuación en los diálogos, que a mí en principio me resultó incómodo pero al que poco a poco llegué a acostumbrarme y sentir como un recurso extra de inquietud o introspección utilizado por la autora, nos adentramos en una novela en la que como su título bien indica las cosas no son lo que parecen, tras esa calma que transmite la portada, nos encontramos con una novela en la que el ritmo, los sucesos, la ambientación y los personajes han sido minuciosamente tenidos en cuenta para construir una novela que angustia, inquieta y perturba de una forma soberbia y sobre todo mucho más profunda.
En definitiva, no os dejéis llevar por las apariencias, tras esa tranquila portada o ese comienzo brutal, se esconde un thriller psicológico de ritmo pausado que disecciona las vidas de los habitantes de una pequeña localidad rural cercana a Nueva York a finales de los años 70. Una novela que a mí me ha parecido diferente dentro del género, en la que recomiendo tener en cuenta que requiere cierto esfuerzo del lector, pero que consigue de forma cadenciosa y más profunda recrear una ambientación completamente asfixiante y mucho más perturbadora. Una novela que he disfrutado y recomiendo leer.
La novela comienza de forma brutal, George Claire regresa a su domicilio, un pequeña población rural cercana a Nueva York, después de su trabajo en la Universidad y se encuentra una escena desoladora; su mujer ha sido asesinada con un hacha mientras su hija Franny de tres años se encontraba en la habitación de al lado. Tras pedir ayuda a sus vecinos la policía lo interroga para intentar averiguar lo ocurrido y George se refugia en casa de sus padres para alejarse de todo lo que se le viene encima.
Aunque todo parece indicar que tras este impactante punto de partida, nos encontraríamos con una novela basada en la búsqueda del culpable, en la investigación de ese despiadado asesinato, la novela continúa por otros derroteros y retrocedemos un año atrás para conocer a las personas que habitaron anteriormente en esa casa, a los Hale, un matrimonio con tres hijos que vive en la granja convertida en vaquería desde que la compró su abuelo en 1908 y que ahora están a punto de perder por las numerosas deudas, conoceremos su trágico destino y los motivos por los que tuvieron que abandonarla. Y ya puestos en antecedentes, volveremos con los Claire y sus inicios como pareja, su llegada a la casa y la relación con otros habitantes de la zona a los que también iremos conociendo… y es de esta manera, como nos adentramos en una novela que pese a tener a los Claire y a los Hale en el centro de la historia, podríamos catalogar de Coral, en la que la autora muestra un fresco minuciosamente dibujado en torno a la granja, a esa pequeña localidad rural y sus habitantes, profundizando en ellos sin prisas, de forma cadenciosa y pausada, mostrando un detallado perfil psicológico de los habitantes de ese lugar donde parece que el tiempo se ha detenido entre atardeceres y campos de cultivo, dónde se aferran los recuerdos y las presencias… creando una atmósfera inquietante, opresiva y angustiosa que predomina durante toda la lectura.
Con un lenguaje sencillo y un estilo depurado y pulcro que requiere un esfuerzo extra del lector por la falta de signos de puntuación en los diálogos, que a mí en principio me resultó incómodo pero al que poco a poco llegué a acostumbrarme y sentir como un recurso extra de inquietud o introspección utilizado por la autora, nos adentramos en una novela en la que como su título bien indica las cosas no son lo que parecen, tras esa calma que transmite la portada, nos encontramos con una novela en la que el ritmo, los sucesos, la ambientación y los personajes han sido minuciosamente tenidos en cuenta para construir una novela que angustia, inquieta y perturba de una forma soberbia y sobre todo mucho más profunda.
En definitiva, no os dejéis llevar por las apariencias, tras esa tranquila portada o ese comienzo brutal, se esconde un thriller psicológico de ritmo pausado que disecciona las vidas de los habitantes de una pequeña localidad rural cercana a Nueva York a finales de los años 70. Una novela que a mí me ha parecido diferente dentro del género, en la que recomiendo tener en cuenta que requiere cierto esfuerzo del lector, pero que consigue de forma cadenciosa y más profunda recrear una ambientación completamente asfixiante y mucho más perturbadora. Una novela que he disfrutado y recomiendo leer.