martes, 29 de enero de 2019

No es tiempo de peros - David Jiménez "El Tito"

Tras "Muertes de sobremesa" e "Inspector Solo" llega el esperado final de la trilogía del Inspector Marcial Lisón con "No es tiempo de peros". Hoy por fin, os cuento mis impresiones: 
Nº de páginas: 416 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: VERSATIL
ISBN: 9788417451318
P.V.P: 19.90€

David Jiménez Martínez (Cartagena, 1978) es licenciado en Biología por la Universidad de Murcia. En la actualidad, después de haber desarrollado su carrera como biólogo en el ámbito del control de calidad, ejerce en Castellón como agente marítimo de Vigilancia Aduanera, un cuerpo policial adscrito a la Agencia Tributaria que se encarga de la represión del contrabando.
Tras colaborar durante unos meses con Castellón Noticias redactando artículos sobre novela negra, decidió dar el salto y escribió Muertes de sobremesa (diciembre de 2015, ACEN), con la que consiguió abrirse un hueco en el difícil panorama literario contemporáneo.

Sinopsis:

Ella ya no es esa policía tímida que no se atrevía a mirarlo a la cara.
Él ya ni siquiera es policía.
Ambos han pagado un peaje demasiado alto por trabajar al margen de la ley. Ahora lo único que los une es una causa común: encontrar al Cazador.

Pero compartir un objetivo no los convierte en compañeros, solo en socios; unos socios que tendrán que lidiar con una relación amor-odio basada en engaños.
Para Zoe, Marcial es el mejor medio para descubrir al verdadero culpable de la muerte de su novio. Para Marcial, Zoe es la única compañía humana que no le resulta insoportable.

La búsqueda del Cazador los une en un nuevo caso, pero esta vez nada será igual. Marcial ya no tiene una placa que le impida desafiar las normas, y Zoe simplemente ha dejado de cumplirlas. Ambos iniciarán un descenso a los suburbios de Cartagena en la investigación de una trama de blanqueo de capitales que salpicará de sangre los cimientos de la ciudad.

Mis Impresiones:

Hace un tiempo que leí “Muertes de sobremesa” atraída por su precio en digital y la opinión de otros lectores  y como la novela me sorprendió gratamente, decidí continuar con “Inspector Solo”, una segunda entrega en la que se apreciaba una gran evolución del autor con una trama más compleja y una mayor introspección de sus personajes y cuyo final, con algunos flecos sueltos, dejaba con muchas ganas de seguir…  así que esperaba con ansías el desenlace de esta trilogía ambientada en la ciudad de Cartagena y protagonizada por Marcial Lisón, un inspector de policía arisco, solitario y muy peculiar, que desconfía de todos sus semejantes y al que solo humaniza su relación con “Sola”, su fiel galga, la única que ha conseguido ganarse un hueco en su atormentado corazón.

Por eso lo primero que quiero decir es que en mi opinión, considero indispensable haber leído antes los anteriores, no solo para conocer los antecedentes, trayectoria y evolución de los personajes (que como en todas las series nos hace comprender mejor a los personajes y sus actos) sino porque considero que la trama de esta novela está íntimamente relacionada con la anterior, y a pesar de las pequeñas pinceladas que el autor nos da del caso y de lo ocurrido, creo que un lector recién llegado a esta parte podría sentirse algo perdido o al menos, no disfrutar plenamente de la trama y del cierre de la trilogía.

Han pasado algunos meses desde la resolución del caso de Sasha, un caso que ha pasado factura a nuestros protagonistas, que les ha desvelado verdades dolorosas y desconocidas o con consecuencias fatales para personas importantes para ellos, un caso que les ha devastado, ha roto su amistad y puesto fin a su compañerismo… ahora ya son solo socios en busca de la verdad, de venganza, dispuestos a cualquier cosa para llegar hasta el último eslabón de una trama de corrupción de la que solo ha asomado la punta del iceberg.

Marcial ya no es inspector de policía, se ha tomado una excedencia temporal que tiene todos los visos de ser definitiva, necesita atar todos los cabos sueltos, se lo debe a Sasha, su musa, una prostituta con la que le unía algo más que Sexo, a Gica, ese niño con el que se siente identificado, y a su compañera Zoe, de la que ya poco o nada queda de aquella tímida policía que consiguió traspasar su férrea coraza.

A través de un narrador omnisciente, una prosa cuidada y pulcra y mediante minuciosas descripciones de los escenarios  por los que discurre la novela y además, en el que se aprecia cierto tono de crítica social, nos adentramos en la Cartagena más oscura a través de una una trama en la que las drogas, la pobreza y la prostitución se darán la mano con la especulación inmobiliaria, la extorsión, el blanqueo de capitales, el poder y la corrupción, para devastar el único sentimiento al que Marcial aún se aferraba: la lealtad. 

Si ya comentaba que en la segunda novela apreciaba una gran evolución del autor en una trama mucho más elaborada, intrincada y compleja, en este volumen sigue haciendo gala de ello y además, se sirve de ella para perfilar mucho más íntimamente a sus personajes, demostrando una mayor introspección de sus personalidades, de su relación, de esa dualidad de sentimientos, unos personajes que se muestran sin tapujos ante el lector, que nos hacen participes de su lado más oscuro, sin esconderlo: su odio irracional, su demonio interior, su dolor, sus culpas, su necesidad de venganza, sus carencias, su soledad, sus decepciones, su tristeza… y es por ese motivo, por esa sinceridad y esa transparencia, que los humaniza en sus luces y sus sombras, como conseguimos empatizar y conectar con ellos.

En definitiva, “No es tiempo de peros” es el cierre de la trilogía protagonizada por Marcial Lisón, un inspector de policía arisco, solitario y huraño al que solo humaniza su relación con su galga Sola, un personaje lleno de contradicciones con el que sin embargo es muy fácil empatizar. Una Novela negra, oscura, compleja e intrincada ambientada en la ciudad de Cartagena sobre la corrupción, el poder y la lealtad que he disfrutado mucho y recomiendo leer.

Otras novelas de la trilogía:
-Muertes de Sobremesa
-Inspector solo

miércoles, 9 de enero de 2019

El Ladrón de Tatuajes - Alison Belsham

Una novela negra, una escritora que se alza con el premio Bloody Scotland de Edimburgo y un título muy sugerente, fueron tres ingredientes más que suficientes para que quisiera leer esta novela de Siruela, hoy retomamos la actividad del blog con mis impresiones de "El ladrón de tatuajes":

Editorial: Siruela
Colección:Nuevos Tiempos 367
ISBN:978-84-17454-59-3
Rústica con solapas 
Páginas:344
P.V.P 21.95€


Alison Belsham es guionista y escritora. En 2016, el borrador de lo que sería El ladrón de tatuajes se alzó como ganador del concurso Pitch Perfect del festival de novela negra Bloody Scotland, celebrado en Edimburgo. Una vez terminado, el libro se ha convertido de inmediato en un verdadero fenómeno editorial y está siendo traducido a más de una docena de lenguas.

Sinopsis:

Un inspector al frente de su primer caso.
Una tatuadora con un oscuro secreto.
Y un asesino afilando su cuchillo para volver a la caza.

Un cuerpo desollado en un contenedor de Brighton es una mala noticia. Pero también la oportunidad perfecta para que un ambicioso policía recién ascendido pueda demostrar a sus superiores que la confianza que han depositado en él está justificada —y de paso cerrar la boca a su compañero, con más años de servicio y resentido por no haber sido promocionado para el puesto—. Así que el inspector Francis Sullivan necesita a toda costa resolver el crimen, obra de uno de los más salvajes y retorcidos asesinos en serie de la historia del país. Como descubrirá enseguida, la pieza clave tiene nombre y apellido, Marni Mullins, la tatuadora que encontró el cadáver y que lo sabe absolutamente todo sobre la extraña alquimia de la sangre y la tinta. Pero Marni tiene un tormentoso pasado y motivos de sobra para desconfiar de la justicia...

Mis Impresiones:

En Brighton, una ciudad turística de la costa sur de Inglaterra, se está celebrando una convención de tatuadores, la alquimia de la sangre y la tinta ha atraído a multitud de curiosos apiñados en el lugar para observar las agujas o esperar su turno para ser tatuados por los mejores de la profesión. Entre ellos está Marni Mullins, tatuadora desde los 18 años e iniciada en el gremio por su exmarido Thierry Mullins, con el que tiene una extraña relación de amor odio, kilómetros de piel tatuados y 20 de experiencia avalan su trayectoria y sus conocimientos sobre el mundo del tatuaje.

En una pausa, Marni sale a tomar un café y de paso, estirar sus músculos entumecidos por el trabajo minucioso con la aguja, al acercarse al contenedor para tirar el vaso, observa un cuerpo humano desollado. A pesar de su rechazo a los cuerpos policiales por un incidente de su pasado, hace una llamada anónima alentándoles de lo ocurrido.

Por otro lado, Francis Sullivan se convierte a los 29 años en el inspector más joven del cuerpo de policía de Sussex, un ascenso fulminante a un puesto de gran responsabilidad después de haber superado todos los exámenes con excelencia, ha estado bien ante el tribunal pero ahora debe demostrar su valía, sabe que el ascenso llega demasiado rápido, sin relativa experiencia y no quiere pensar que el voto de confianza de sus superiores se deba a que su padre era un afamado consejero de la reina… Se enfrenta a un comisario poco entusiasmado con su nombramiento y a un sargento que ha visto frustradas sus esperanzas de ascenso, por eso debe ganarse su confianza y demostrar que es válido para el puesto.

El hallazgo del cadáver en el contenedor será su primer caso: Un varón, desnudo, golpe en la cabeza y una herida profunda en el hombro dónde antes se encontraba un extenso tatuaje. ¿Por qué se lo ha llevado?  Encontrar al autor de la llamada y conseguir que colabore con ellos será vital para un caso que se complica con la aparición de nuevas víctimas y que dará pie contra todo pronóstico, a una peculiar relación entre los protagonistas.

Será un narrador en tercera persona, con un estilo cuidado y sencillo, y focalizando la acción en los diferentes personajes que titulan los 59 capítulos que componen la novel, quien nos lleve de la mano a través de esa investigación policial permitiéndole profundizar en las diferentes personalidades de los protagonistas, conocer su pasado, su carácter y su relación con el resto de personajes, pero sobre todo, nos adentra en el desconocido mundo del tatuaje para descubrirnos una profesión como otra cualquiera, con una gran dedicación y años de perfeccionamiento y aprendizaje, todo un arte plasmado en la piel con muchas horas detrás para esbozar o crear composiciones, arte diferenciado por estilos, técnicas o la habilidad de su autor y que la autora incorpora a la trama con destreza y bastante interés.

Si la trama ya es espeluznante, no en vano estamos ante un asesino que se lleva a modo de trofeo el tatuaje de sus víctimas con la  frialdad, habilidad y precisión de un cirujano, la autora ha sabido dotar a la historia de mayor tensión narrativa introduciendo la voz en off del asesino, una primera voz narrativa que aparece cada ciertos capítulos y con diferente grafía en el que conocemos las técnicas utilizadas por el asesino, la elección de sus victimas, su sufrimiento y las enfermizas motivaciones de un personaje completamente trastornado.

En definitiva, para una primera novela y un borrador premiado y posteriormente desarrollado, “El ladrón de tatuajes” me ha parecido un buen debut literario, una novela negra con una trama oscura, que cuenta con personajes bien perfilados de personalidades peculiares y bien definidas cuyo pasado creo que podría dar para una serie y desarrollar algunas circunstancias… Buen ritmo, tensión narrativa y acercarnos al desconocido mundo de los tatuadores profesionales son otros de los alicientes que hacen que esta novela entretenga y se lea con interés, una novela que he disfrutado y os recomiendo leer.

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