"Días sin hambre" Delphine de Vigan

Después de descubrir a esta autora en "Basada en hechos reales", quise leer todo lo que tuviera publicado y me hice con sus dos novelas anteriores. Hoy os traigo mis impresiones de "Días sin hambre":

Nº de páginas: 168 págs.

Encuadernación: Tapa blanda bolsillo

Editorial: ANAGRAMA

ISBN: 9788433977526

P.V.P 7.90

Delphine de Vigan (Boulogne-Billancourt, 1966) vive en París. Su novela No y yo recibió el Premio de los libreros y fue llevada a la pantalla por Zabou Breitman. Las horas subterráneas (2009), con una gran acogida crítica y muchos lectores, figuró en la lista de obras seleccionadas para el Premio Goncourt y obtuvo el Premio de Los Lectores de Córcega. "Nada se opone a la noche" ha obtenido el Premio de novela FNAC, el Premio de novela de las Televisiones Francesas, el Premio Renaudot de los Institutos de Francia, el Gran Premio de la Heroina Madame Figaro y el Gran Premio de las Lectoras de Elle. Un éxito arrollador en Francia, donde ha superado el medio millón de ejemplares y ha sido publicada, en veinte editoriales extranjeras.

Sinopsis:

La primera novela de Delphine de Vigan, publicada en el año 2001 con el pseudónimo de Lou Delvig por razones familiares, cuenta, en una intensa e inquietante primera persona, la historia de una joven anoréxica de diecinueve años.

El relato que Laure hace en su diario de un cuerpo al borde de la muerte, un cuerpo vaciado que se hiela de frío durante sus primeros días en el hospital, con sus treinta y seis kilos de peso y su metro setenta y cinco, es verosímil y perturbador. Desde las primeras líneas de la novela el lector se sumerge en la historia sobrecogedora de una verdadera metamorfosis. Acompaña a la joven a través de su recuperación y de su aprendizaje: volver a comer es aprender a ingerir los alimentos pero, ante todo, a sentirse poseedora de un cuerpo susceptible de despertar el deseo del otro. En el hospital, Laure establece una intensa relación de transferencia con el doctor Brunel que será determinante para su recuperación. Él inventa historias sólo para ella; y la joven va desgranando detalles de su biografía que acercan al personaje a la propia Delphine de Vigan, y a Nada se opone a la noche, su fascinante biografía novelada.

Mis Impresiones:

"Días sin hambre" es la primera novela de Delphine de Vigan y en la que ocultó su identidad por motivos familiares, publicando con el seudónimo de Lou Delvig. Tras la historia de Laure, se esconde su propia historia, la de una joven de 19 años, anoréxica, que ingresa en el hospital con 36 kilos de peso al borde de la muerte. Una historia dura y sobrecogedora en la que el lector es dolorosamente consciente, de la verosimilitud de los hechos narrados. 

Laure decide ingresar en el hospital en el momento en el que el frío invade su cuerpo, un frío intenso que le anuncia que ha llegado el final: el momento de elegir entre vivir o morir. Y es ahí, en la planta doce  de un hospital, en la habitación uno de la unidad oeste, donde comenzará su nueva vida, una vida inmóvil para conseguir grasa, 15 kilos para sobrevivir y aprender a vivir.

“Una mañana notó que el frío había llegado hasta la extremidad de sus miembros, a las uñas, al pelo. Marcó el número del hospital y pidió que le pusieran con él. La muerte latía en su vientre, podía tocarla".

Durante esos días, Laurie se aferra a ese concentrado de humanidad que encuentra en el hospital, estableciendo una intensa relación de amor-dependencia con su médico el Dr. Brunel. Laure se aferra a la dulzura de sus ojos, a sus palabras, sus visitas, sus historias, el único que quiere salvarla, luchar con ella, contra ella… y se aferra a la vida por él, lucha consigo misma, para que esté contento, para que se alegre de sus progresos, porque en el fondo sabe… que le debe la vida, se siente en deuda con él.

Delphine hace gala de un estilo sobrio, cuidado, sin florituras, no le hacen falta, con frases cortas, contundentes y utilizando un estilo indirecto libre, es capaz de trasmitirnos el infierno de Laure de una manera precisa, real, descarnada... y trasmitirnos ese frío inmenso que lleva tiempo instalado en su alma. 

“Días sin hambre” es ante todo el relato desgarrador de esos días, desde que un esqueleto de treinta y seis kilos con un metro setenta y cinco de altura, ingresa en un hospital y comienza la primera parte del proceso, primero conectada a una sonda, un frasco, dos, tres… directo al esófago, cientos de calorías contra las que no puede luchar, aprender a comer, llenar la boca de saliva, masticar, a un lado y al otro, triturar… tragar, sobrevivir, aprender a vivir. Un proceso duro y una lucha interior que le devuelve poco a poco a la vida, pagando un precio por ello, un precio en kilos que su mente no es capaz de asimilar al mismo ritmo.

Un proceso lento y complicado en el que su cuerpo sigue irremediablemente hacia adelante, pero que su mente necesita recorrer en el sentido inverso, comprender y asimilar el origen, los motivos por los que ha llegado a ese maltrato, apenas unas pinceladas de su desgarradora historia familiar pero suficientes para entender esa necesidad de castigarles, de hacerles daño, o de vaciarse para no sentir nada, solo “hambre”, un hambre que le otorga una sensación de poder, de fuerza, pero también de sufrimiento.

En definitiva, “Días sin hambre” es una novela intimista dura, amarga y desgarradora, que necesita una lectura pausada, sin prisas... una biografía novelada sobre la anorexia de la autora, su lucha y su afán de recuperación entre las paredes de una habitación de hospital. Una primera novela que a pesar de estar menos elaborada, está narrada de forma soberbia, y que he disfrutado y recomiendo leer.