"La herbolera" de Toti Martinez de Lezea

Hacía tiempo que quería leer a Toti Martinez de Lezea, y aprovechando el mes temático de la Novela Histórica, saqué varios de sus libros de la estantería y este fue el que me recomendaron. Hoy os traigo mis impresiones de "La Herbolera".

Nº de páginas: 480 págs.

Encuadernación: Tapa blanda bolsillo

Editorial: MAEVA

ISBN: 9788496231740

Argumento

Toti Martínez de Lezea se adentra en la caza de brujas que se desató en la Edad Media en toda Europa y que tuvo su repercusión en el País Vasco. Nos lleva hasta el Valle de Atxondo, lugar de oscuras mitologías y leyendas ancestrales. En un entorno lleno de fanatismo e intolerancia, Catalina de Goiena, hija y nieta de curanderas, se traslada a Durango para aprender el oficio de partera. Una nueva vida se abre para la joven Catalina: conocerá el amor y sus penas y no podrá evitar estar envuelta en los terribles hechos que marcaron una época oscura y cruel. En efecto, las autoridades eclesiásticas, temerosas de que se ponga en duda su control absoluto sobre la población, desconfían de las herboleras, a las que asimilan con brujas de maléficos designios y poderes.



Mis Impresiones

“La herbolera” está ambientada en Durango, en el valle de Atxondo, a las faldas del monte Anboto, y nos cuenta la historia de Catalina de Goiena, una joven descendiente de una extirpe de mujeres vascas poseedoras de un don especial: adivinar si una persona está enferma y sanará o no… Aunque a veces el don se salta alguna generación, ella lo tiene. Su abuela que intuye que Catalina posee el mismo don que su madre, le enseñará desde niña todo lo referente  a plantas, ungüentos y pócimas, pero cuando tiene 17 años deciden enviarla con un físico (el equivalente al médico en la época) a la villa de Tabira de Durango para completar su formación. 

En la ciudad Catalina, aprenderá el oficio de partera, que era el único que podía hacer una mujer en esa época, ya que a las mujeres les estaba vedado el estudio. Pronto se hará un lugar importante entre la población que acudirán a ella para otros males… Pero las rencillas, envidias y celos, volverán a traer al pueblo los juicios de brujas y herejes que ya se dieron años atrás y Catalina tendrá que poner especial cuidado en ejercer su profesión.

Está narrado en tercera persona, con un lenguaje sencillo y una prosa fluida, que nos trasporta a una época y lugar en el que confluyen la nueva religión y el apego por las tradiciones más antiguas. Donde la intolerancia, la ignorancia y la obsesión de dirigentes y religiosos, hacían ver conjuros y adoración al diablo, donde sólo había tradición, festividad y apego por costumbres ancestrales trasmitidas de generación en generación.

El libro me ha gustado y disgustado a partes iguales… He disfrutado conociendo algunas costumbres de esos pueblos, tradiciones ancestrales que no hacían daño a nadie… pero me he revuelto en mi silla con la obsesión por libros sobre herejías de algunos personajes, la pasividad del resto de la población (supongo que por el miedo) y la maldad de los vecinos que por envidia o rencillas acusaban a sus propios vecinos y sobre todo por la impotencia de los acusados ante lo absurdo de las pruebas que utilizaban para demostrar si eran herejes o no y los métodos de tortura para que confesaran… 

En definitiva, un libro de contexto histórico del que he disfrutado, una historia que nos transporta a una época donde para imponer la nueva religión y romper con las costumbres y el pasado, se sacrificaron a inocentes (la mayoría mujeres) acusándolos de brujería o herejía. Un libro que no aporta mucho nuevo en lo referente al tema de la caza de brujas, pero sí en cuanto a costumbres paganas de la religión pre-crisitana y que todavía en el siglo XVI tenía un gran arraigo en esa zona.

La lectura de este libro y su reseña participan en el mes temático correspondiente al mes de Junio: Mes de la novela histórica, organizado por Laky del blog "Libros que hay que leer".